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El artista Rafael Vaquer ha sido el encargado, este año, de diseñar las etiquetas, protagonizadas todas ellas por figuras de motoristas que siguen fielmente el estilo del autor.
Para elaborar estos vinos frescos, golosos y fáciles de consumir se utilizan tres variedades cien por cien autóctonas: manto negro, prensal y gorgollassa. Y es que en Bodegas Macià Batle siempre se hace especial hincapié en mantener el carácter de la uva, la variedad autóctona mallorquina.
La recogida de estas uvas se realiza en cajas de plástico y de forma independiente para cada variedad, almacenándolas en una cámara frigorífica que está a dos grados centígrados durante cuatro días.
En Bodegas Macià Batle siempre se hace especial hincapié en mantener el carácter de la uva, la variedad autóctona mallorquina.
Transcurrido este tiempo se vacían las cajas en depósitos de acero inoxidable bajo una atmósfera de dióxido de carbon. Este depósito queda tapado de forma hermética durante doce días. Después de esta maceración pre-fermentativa, tiene lugar la fermentación intracelular, la característica más destacada y por la que son tan apreciados los vinos de maceración carbónica.
Cuando pasan los doce días de incubado se extraen las uvas parcialmente fermentadas y se introducen en la prensa neumática. El mosto-vino flor pasa a depósitos de acero inoxidable donde finaliza la fermentación alcohólica a catorce grados centígrados.
El mosto-vino flor pasa a depósitos de acero inoxidable donde finaliza la fermentación alcohólica a catorce grados centígrados.
Se trata de un tinto que tiene el color de la cereza madura y reflejos violáceos. Es un vino de capa media, limpio y brillante. Su aroma es intenso, muy afrutado y con recuerdos a frutos negros del bosque, a fruta escarchada licorosa y a regalices negros que evocan el sabor de la farmacia. Es un vino balsámico que en boca destaca por su tanino bien estructurado, con un paso intenso y goloso en el que predominan las características de la vinificación.
Los expertos de Bodegas Macià Batle aconsejan servirlo a doce grados de temperatura para potenciar sus características organolépticas.
Este vino destaca por su color rosa vivaz, limpio y brillante. Su aroma es muy intenso, armas de carácter primario. Tiene matices de fruta fresca, fresas y frambuesas, aromas todos ellos que recuerdan a las piruletas y a las chucherías de la infancia… o de edades más maduras. Es un vino goloso, fácil de consumir y delicioso.
En boca es suave y fresco, muy bien equilibrado. La acidez está perfectamente conjuntada y da esa sensación de frescura que le es tan característica. El sabor es intenso y deja esa sensación frutal que tanto recuerda a golosina.
En este caso los expertos de las Bodegas Macià Batle aconsejan tomarlo a seis grados de temperatura para poder disfrutar al máximo de todas sus características.
El vino Maceración Carbónica Blanco 2019 destaca, en su aspecto visual, por su color amarillo vivaz, con reflejos amarillos y dorados, y su tono limpio y brillante. De aroma intenso y afrutado, recuerda a la banana, a pera blanca, manzana Golden y flores blancas.
En boca destaca por su suavidad, que se incrementa más, si cabe, por una leve acidez que destaca su frescura, con un paso por boca intenso y goloso. Resalta también el predominio de frutas blancas.
El mosto-vino flor pasa a depósitos de acero inoxidable donde finaliza la fermentación alcohólica a catorce grados centígrados.
En Bodegas Macià Batle se aconseja tomarlo a seis grados de temperatura como máximo, para potenciar sus características organolépticas.
La historia de estas bodegas insignia de Mallorca demuestra que su éxito está basado en la búsqueda constante de la perfección y, en palabras de Ramón Servalls, director de Macià Batle en “el orgullo mayor para un vinatero, que es ver cómo las personas se sorprenden de la calidad del vino que están catando, cómo lo disfrutan y cómo, probar un vino de nuestras bodegas, se convierte en una experiencia única”.
Precisamente el director de Macià Batle es uno de los máximos defensores del vino mallorquín y un crítico acérrimo de la “riojitis” y “riberitis” que a veces adolecen los mallorquines. En este sentido el objetivo de las bodegas es seguir haciendo vinos que sorprendan y gusten a todos los que adquieren cualquiera de sus botellas para disfrutar de una buena copa de vino.
El orgullo mayor para un vinatero, que es ver cómo las personas se sorprenden de la calidad del vino que están catando
No hay que olvidar que con las catas que ofrece Macià Batle desde el año 98, las bodegas quieren “animar a la gente a aprender y a disfrutar”. Según Ramón Servalls no hace falta ser un experto ni acumular conocimientos ni sabiduría para disfrutar del vino. Es necesario eliminar la pátina de esnobismo porque “cualquiera puede disfrutar y aprender de un buen vino”.
