“Cuando alguien viene al restaurante y prueba las berenjenas rellenas, se sorprende porque les recuerda a las que hace su madre o hacía su abuela” dice Javier Gutiérrez, el alma de este restaurante sito, casi, en plenas Avenidas de Palma. “El secreto está en el tomate frito casero”.

Al pasar por delante de La Balanguera algo llama al viandante. No en vano tras estas paredes se esconde un acogedor restaurante decorado al estilo francés de mediados del siglo pasado. Un mundo a parte en el que la cocina tradicional de Mallorca se disfruta, tanto desde los fogones, como en la mesa.

Rescatando las recetas antiguas de Tomeu Esteva

Javier Gutiérrez aprendió a cocinar con su madre y por este motivo todos sus platos son “generosos”, como en casa de cualquier mamá. Uno de sus grandes aciertos es haber rescatado las antiguas recetas del maestro Tomeu Esteva. “Mi madre las guardaba y en ellas se explica cómo hacer el arrós brut, la greixera d’ous, el arroz de pescado… pero de tal manera que su sabor transporte a la infancia”