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Reportajes
03/08/2020

El Club de Gastronomía homenajea a Aurelio Vázquez en el muy atractivo Colmado Hispania

"Cultura del tapeo"


Mar García, cronista gastronómica


El recién inaugurado restaurante Colmado Hispania, última apuesta empresarial de Aurelio Vázquez (en la foto de arriba el primero por la derecha, acompañado de Mar García y Rafel Calle), fue el lugar elegido por el Club de Gastronomía y Cultura Balear para rendir merecido homenaje a uno de los ejecutivos hoteleros más capaces e influyentes del momento, por su extraordinario e impecable recorrido profesional.

                                                         

 

El asturiano, que ha desempeñado diversos cargos de alta responsabilidad en algunas de las principales cadenas y patronales hoteleras de las Islas, ocupa actualmente el cargo de responsable de operaciones de Hotel Investments Partners (HIP). Amén de tan brillante trayectoria hotelera, Aurelio ha acometido junto con sus socios algunos de los más exitosos proyectos de restauración del competido y efervescente panorama gastronómico de Ciutat, como Buscando el Norte o Quinta Avenida, a los que ahora se suma Colmado Hispania, en palabras de su propietario, “la joya de la corona: un lugar de encuentro que, tal y como reza el cartel de la entrada, pretende poner en valor la cultura del tapeo”.

Su apertura y precipitado cierre a consecuencia de la pandemia en absoluto ha desalentado a un entusiasta equipo, que ha arrancado con más ganas e ilusión que nunca. A cargo de los fogones está el experimentado chef Alex Broeche (Tristán, Baiben o Mardavall), que cuenta con el inestimable apoyo de María, cocinera de toda la vida de la familia Vázquez. Ambos aúnan técnica y tradición, abasteciendo su despensa de productos de primerísima calidad provenientes de cualquier rincón de nuestra geografía y elaborando las mejores versiones del recetario popular español.

Colmado Hispania: un lugar de encuentro que, tal y como reza el cartel de la entrada, pretende poner en valor la cultura del tapeo.

                  

Situado en el céntrico Paseo Mallorca, el acogedor local nos trasporta a los pequeños comercios de barrio de antaño, con escogidos detalles como una preciosa báscula de pesas o alacenas repletas de selectas conservas que, sin renunciar a un toque moderno y funcional, confieren al restaurante gran calidez y confort.

En sus mesas se sirven las mejores versiones de tapas, pinchos y “platos en miniatura” que rinden tributo a nuestra rica y variada gastronomía; todo ello con un ticket medio de 25 a 30 euros por los que el comensal podrá disfrutar de verdaderas exquisiteces: desde el “mejor tomate del mundo” a una extraordinaria ventresca, pasando por algunas de las mejores recetas nacionales que podremos regar con los estupendos vinos de una esmerada carta, que recoge referencias para todos los gustos y bolsillos.

 Tapas, pinchos y “platos en miniatura” que rinden tributo a nuestra rica y variada gastronomía.

                   

Nada mejor para ambientar nuestra primera incursión culinaria en el Colmado Hispania y predisponernos al disfrute que una cañita fresca bien tirada acompañada de algunos imprescindibles en todo aperitivo que se precie: una buena patatilla, olivas, gildas y almendras recién tostadas. 

Que el nombre del establecimiento es toda una declaración de intenciones quedó patente cuando aparecieron tres de nuestras tapas más emblemáticas:

- Una sabrosa y, por fortuna, “austera” ensaladilla rusa: patata, atún y un poquito de zanahoria, con la mayonesa justa y acompañada de crujiente pan suflado.

- Un jugoso pincho de tortilla de patata: los generosos trozos de patata y cebolla (ambas de calidad excelente) aportaban un agradable toque rústico y casero al bien interpretado clásico.

- Y, en mi opinión, una de las mejores croquetas de jamón que se pueden probar en la Isla: la masa, de agradable textura e insuperable sabor, sorprendía bajo un logradísimo rebozado de harina granulada y panko, extracrujiente y nada grasiento.

Una de las mejores croquetas de jamón que se pueden probar en la Isla.

Tras este imbatible trío, llegaron otras tres delicatesen, que sedujeron a los exigentes miembros del Club:

- La intensidad del erizo de mar, servido en su caparazón y coronado por un crujiente de albahaca, se reforzaba con una extraordinaria salsa de tres algas: una deliciosa explosión de mar en boca y puro deleite para nuestras papilas gustativas.

- El magistral txangurro que, al igual que el anterior pase, está inspirado en el que se sirve en El Gaucho (máximo exponente de la cocina en miniatura en Navarra), fue otro de los grandes triunfadores de la noche: una cremosa bechamel con tomate envolvía la gustosa carne de cangrejo y buey de mar, mientras que el gratinado de queso redondeaba un plato de diez.

- Finalizando el segundo terceto de la noche: un sublime buñuelo de pimiento de piquillo, de impecable fritura e inconfundible sabor ahumado.

 La intensidad del erizo de mar; el magistral txangurro y un sublime buñuelo de pimiento de piquillo...

                   

Y rematando semejante festín culinario: crujiente pollo campero braseado acompañado de patató al limón, riquísimo, y lubina Hispania, con perfecto punto de cocción, sobre parmentier de patata y chirivía con salsa chermoula. Pescado y carne desprendían el inconfundible aroma de las brasas del Josper, que los hacia especialmente apetitosos.

Crujiente pollo campero braseado acompañado de patató al limón, riquísimo, y lubina Hispania, con perfecto punto de cocción...

                  

PIEDRA, PAPEL, TIJERA (premsal blanc, chardonnay y moscatel), un blanco fresco y afrutado, acompañó acertadamente la placentera cena que redondeamos con un extraordinario flan casero bañado de exquisito caramelo; su delicado sabor persistía en el paladar gracias al extra de untuosidad de la crema de leche con la que también se elaboró la suave nata con vainilla negra que lo acompañaba. Inmejorable punto final para una velada que no tardaremos en rememorar, deseosos de probar las nuevas entradas de la carta y su afamado tomate.

Todo nuestro agradecimiento y la más sincera enhorabuena a nuestro reputado anfitrión por hacernos sentir como en casa, brindándonos una memorable velada. Nuestra felicitación también a Alex, María y a todo el personal de cocina por un magnífico trabajo que nos hizo disfrutar de lo lindo, y al personal de sala que estuvo a la altura de tal disfrute, en especial a Lidia, nuestra atenta camarera, siempre pendiente de satisfacer cualquier duda o necesidad que pudiera surgir.

Colmado Hispania se convertirá a buen seguro en un referente para todos los “disfrutones” de la gastronomía en general y para los amantes de las recetas tradicionales en particular; un lugar al que se quiere volver y del que cuesta marcharse. Nuestra próxima cita: su apetecible barra para degustar algunos de sus clásicos, haciendo honor a la mencionada “cultura del tapeo”.

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