Más de 150 experiencias gastronómicas
La calidez envuelve al visitante desde el mismo instante en que cruza el umbral de la puerta del hotel Glòria de Sant Jaume: solados de tarima, elegantes escayolas y vigas vistas conviven armoniosamente con la sobriedad de la piedra. Vale la pena hacer un alto en el precioso bar del hotel, complemento ideal de su excelente oferta gastronómica.
El brillante chef plasma su desbordante creatividad en una seductora carta sirviéndose de su universal cultura culinaria y de las técnicas más vanguardistas. Como buen argentino afina sus eclécticas recetas con brasas de haya, naranjo o sarmiento, demostrando un virtuoso manejo del kamado.
Manuel Pérez, especialista de la distribuidora mallorquina Microvinos, propuso un acertado maridaje para el magnífico menú degustación que El Patio de Glòria ofreció a los experimentados miembros de Club Gastronómico, optando por la versatilidad del cava para acompañar el variopinto surtido de entrantes. Maria Rigol Ordi, un reserva ecológico seco y amplio, sacó lo mejor de las cuatro elaboraciones.
Nos iniciamos en el universo Gardonio con una deliciosa crema de zanahoria con tomillo y queso feta para continuar con la inspirada croqueta según cocina: la stracciatella ahumada aportaba aroma y untuosidad a la ya de por sí cremosa croqueta de espinacas, que se sirvió acompañada por un carpaccio de bresaola.
La ensaimada que viajó a oriente y volvió refleja a la perfección la filosofía culinaria del chef, fundiendo en una auténtica obra de arte su espíritu viajero y su amor por el producto local. La espectacular ensaimada “erasmus” nos sumergió de lleno en el Magreb gracias a la ligereza de la masa filo, el exótico especiado de su farsa de estofado de pollo y la original guarnición de puré de dátiles y jalea de limón marroquí.
Una gustosa papada ibérica hizo brillar a la vieira asada al kamado. El omnipresente ahumado aromatizaba también la mantequilla de la suave muselina de coliflor que servía de base a esta exquisitez.
Disfrutamos sobremanera con el extraordinario calamar de potera con muselina de boniato y salsa de chipotle. El vino elegido para acompañar este magistral compendio de culturas gastronómicas, que incluía también bimi y soja dulce, fue Sonat – Microtiratge nº2 “100% Singular”: un blanco complejo y con volumen cuyas notas ahumadas reforzaban el aroma del apreciado cefalópodo, perfectamente ejecutado en el versátil horno.
El tinto Colló de Mico, otro de los “vinos singulares” de Microvinos, maridó exitosamente con el otoñal arroz meloso de setas. Setas shimeji, picornells y los obligados esclatasangs aportaban potencia y textura al original arroz, que se presentaba napado por un sabroso carpacho de ciervo y acompañado de unos fresquísimos brotes de guisantes y un aromático queso trufado.
La acidez y el dulzor perfectamente integrados de Noctiluca, un fantástico moscatel de la Axarquía, acentuaron el disfrute de la irresistible tartaleta fondant de chocolate y dulce de leche con helado de vainilla con la que concluimos el suculento ágape.
La placentera experiencia se vio redondeada con el estupendo ambiente propiciado en sala por Miguel Hermida y su muy profesional equipo. Muchísimas gracias a Manuel Pérez por las ilustradoras presentaciones de los vinos, y nuestra más sincera felicitación a Javier Gardonio, que no dejó de sorprendernos con cada una de sus creaciones.
La compañía opera en dos segmentos claramente diferenciados: primero, Canal Horeca, desde su almacén climatizado en Son Servera, donde también se ubican las oficinas centrales, llevan a cabo su operativa logística. Su cliente restaurador es asesorado en todo lo referente al vino: creación de la carta, maridajes, servicio y conservación del vino y siempre a los mejores precios y con el mejor servicio y transporte climatizado. Segundo, venta al público particular a través de sus dos vinotecas situadas en Cala Millor y Manacor, en las que los clientes de a pie son asesorados sobre las últimas novedades en el mercado o los mejores vinos en relación calidad precio.
El portfolio se basa en la combinación de vinos singulares y exclusivos de microelaboradores como Raúl Pérez, Rodrigo Méndez, Vicente Inat o María Rigol Ordí, entre otros, con marcas comerciales reconocidas a nivel nacional e internacional, como Pago de Carraovejas, Marqués de Murrieta, Juan Gil o Habla.