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“Desde siempre hemos sabido el concepto de cocina que queríamos hacer: comida de calidad. La gente se sorprende de que las patatas fritas que servimos en el Fervor sean auténticas, peladas y cortadas el mismo día” explica Francisco González.
"La gente se sorprende de que las patatas fritas que servimos en el Fervor sean auténticas, peladas y cortadas el mismo día”
“Hacemos cien litros de caldo al día, tenemos cinco clases de paellas caseras, tapas clásicas como las croquetas de jamón, patatas bravas, padrones… y nos gusta innovar con las presentaciones” afirma Francisco. Débora mece al bebé, una niña de pocos meses, y sonríe. Es cierto que el último año no ha sido sencillo.
Fervor abrió en octubre del año pasado con este nombre “corto, con fuerza, con personalidad y con lo que pusimos aquí, ganas, lucha”. En enero el restaurante se incendió, pero ese fervor que llevan dentro Francisco y Débora les hizo ponerse en marcha con pocas lamentaciones y abrirlo de nuevo al público cuanto antes.
Fervor abrió en octubre del año pasado con este nombre “corto, con fuerza, con personalidad y con lo que pusimos aquí, ganas, lucha”
Ahora que todo queda en un recuerdo, Fervor Palma posee una selecta carta en la que destacan platos como el canelón de rabo de buey, el entrecot de Angus o las pechugas rellenas de marisco, cocinadas a muy baja temperatura y regadas con Pedro Ximénez.
Su bodega de vinos ofrece “referencias locales como Serral de Can Ramis, que es una bodega pequeña que pocos tienen”. Además, cada mes van variando los vinos para que los comensales puedan ir probando diferentes caldos de distintos lugares.
Lo mismo sucede con la carta. Francisco es un chef inquieto a quien le gusta la variedad. Por este motivo y a pesar de tener platos “inamovibles”, la carta va cambiando con los meses.
Francisco es un chef inquieto a quien le gusta la variedad
Ahora, cada martes, Fervor Palma está dentro de la Ruta Martiana. Pronto, habrá elaborado un menú de mediodía que irá modificando y adaptando según los productos de la temporada y todo lo que obtenga de kilómetro cero.
Fervor Palma tiene mucha vida por delante y un estilo característico que invita a pasar aquí el rato, probando un buen vino y degustando alguno de sus platos, dependiendo de la hora del día.
