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La profesionalidad y cercanía de Cristina en sala, una despensa fresca que Eduard abastece cada mañana con los mejores productos y las logradas creaciones de Eduardo colmarán la satisfacción de los comensales más exigentes que, a buen seguro, se convertirán en asiduos parroquianos.
Amén de ambientar acertadamente el local, el rojo vino y el estampado piel de vaca en paredes y sillas nos hablan de sus dos pilares fundamentales: la black angus, cuyo despiece preside la coqueta barra, y la variedad de uva que da nombre al establecimiento, malbec, con la que se elaboran los tintos más representativos del país austral.
A sugerencia de Cristina optamos por Uvas del Sol, el malbec de la casa: un tinto fresco con aromas de frutos rojos que maridó de maravilla con los deleitables platos que salieron de los fogones del argentino.
Iniciamos el recorrido culinario con una sabrosísima empanada criolla de carne, de fritura impecable. La agradable textura del relleno evidenciaba una picaña troceada a cuchillo perfectamente condimentada con hierbas aromáticas. Un acertado toque picante, secreto del Chef, redondeaba la popular receta.
A sugerencia de Cristina optamos por Uvas del Sol, el malbec de la casa: un tinto fresco con aromas de frutos rojos que maridó de maravilla con los deleitables platos que salieron de los fogones del argentino.
El inconfundible olor a orégano anunció la llegada de la apetitosa provoleta con tomate, que “dipeamos” con unos crujientes grissini. El cherry aportaba el necesario contrapunto de frescura y acidez a un provolone de primera, crujiente y maleable: una auténtica delicatesen.
Fue todo un espectáculo observar a Eduardo Blanco en plena acción, flambeando con brandy las gustosas gambas al ajillo a la par que nos ofrecía detalladas explicaciones sobre su cuidada elaboración. El inconfundible ahumado del pimentón envolvía una gamba jugosa y tersa, mientras que un sutil toque de cayena redondeaba un clásico de nuestra gastronomía magníficamente interpretado por el cocinero.
Tras el selecto surtido de entrantes llegó la estrella de la casa: angus argentino a la parrilla. El suculento ribeye, perfecto de punto, se sirvió acompañado de unas ricas patatas fritas caseras, una suave patata asada con crema agría, un ligero wok de verduras y un cremoso ajo asado. El imprescindible chimichurri, presente en todas las mesas, contribuyó también a la degustación de la tierna y jugosa carne.
Aun con el apetito más que saciado no pudimos resistirnos al emblemático panqueque de plátano y dulce de leche; la rayadura de limón de la tortita personalizaba con acierto el exquisito postre.
Tras el selecto surtido de entrantes llegó la estrella de la casa: angus argentino a la parrilla. El suculento ribeye, perfecto de punto, se sirvió acompañado de unas ricas patatas fritas caseras
La estupenda versión que Cristina hace del café irlandés, presentado en una sugerente copa de martini, con las tres capas perfectamente definidas y la nata apenas semimontada, coronó la agradabilísima velada.
Nuestra más sincera felicitación al chef por un excelente trabajo y por sus aleccionadoras ilustraciones acerca del menú. Muchísimas gracias, Cristina y Eduard, por hacernos sentir literalmente como en casa; fue un auténtico placer disfrutar de vuestro acogedor local, su magnífica cocina y, sobre todo, de vuestra inmejorable compañía. No es de sorprender que el reconocimiento de vuestra clientela os haya llevado al Salón de la Fama del Certificado de Excelencia Tripadvisor, tras lograr la excelencia durante cinco años consecutivos. ¡Enhorabuena!
