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Reportajes
22/12/2020

Navidad en la cocina mallorquina

Tierra de tradiciones con platos propios para estos días


Mes de reuniones familiares, de recuerdos, de nostalgias, de amor, de reencuentros físicos o virtuales y también, este año mas que nunca, de revivir emociones y sentimientos, por qué no, sentados alrededor de una mesa; una mesa ciertamente muy íntima pero donde a pesar de echar en falta el contacto físico con seres queridos, no dejaremos de compartir los gozos y las almas con más fuerza e intensidad si cabe. No dejemos de festejar el fin de este 2020 brindando por los que estamos aquí y muy especialmente los que se han ido pero que siguen y seguirán para siempre muy cerca, justo en el epicentro de nuestros corazones. En Mallorca, tierra de tradiciones, tenemos nuestros platos propios para estos días. En muchísimas casas, cada año se repite el mismo menú: una sopa clara, un fiambre, “la porçella” o el “endiot”. Ahora bien, con estos elementos (casi siempre los mismos) y nuestro recetario mallorquín podemos confeccionar infinidad de platos, a cual mejor, desde una “sopa rellena”, un fiambre típico de Manacor llamado “farciment”, o unos “escaldums de endiot".

 

Para el menú navideño, además de la “sopa rellena”, es clásica la “sopa farcida”; para prepararla se hace un buen caldo y se acompaña de unas rebanaditas de panecillo o pan de barra, del día anterior, que se moja en un poco de leche, se recubre de pasta de croqueta hecha con la carne picada empleada para hacer el caldo, se pasa por huevo batido y se fríe. En cada plato, según el tamaño de la rebanada de pan, se ponen uno o dos trozos y se le echa el caldo encima.

 

Otra sopa sería la “sopa de la reina”, para la cual haremos un buen caldo con toda clase de carnes menos cordero. Hecho el caldo, desmenuzaremos toda la carne y con ella haremos unas albondiguillas y las freiremos. Freiremos así mismo unos crostones de pan pequeños, que reservaremos junto a las albondiguillas. Al ir a servir calentaremos el caldo, dándole un hervor y añadiéndole un poco de canela y un puñado de almendra picada.
En la sopera pondremos los crostones, las albondiguillas y lo escaldaremos con el caldo. También se puede añadir trocitos de flan, hecho sólo de huevos y leche al baño Maria, o bien, otra opción es añadir huevos duros picados.

 

Se puede decir que la sopa más mallorquina sería la “crema de almendra”; para su elaboración empezamos por hacer, como siempre, un buen caldo. Con la carne que sacamos formamos unas albondiguillas, tal como hicimos en la sopa anterior. Las reservamos.

 

En el caldo, echamos la almendra picada y la dejamos hervir bastante tiempo para que se espese, hasta obtener la consistencia de una crema.

 

Finalmente la servimos con las albóndigas. Siempre partiendo del mejor caldo posible se puede hacer una sencilla “sopa de macarrones”. Si el menú de “Nadal” no es muy extenso se podrían hacer unos canelones, bien de pescado o bien de verduras, como por ejemplo, rellenándolos con una bechamel de espinacas. Quedan muy ricos si en el fondo de la cazuela se pone una salsa de tomate, después los canelones, y por último se los cubre con una salsa blanca y se gratinan con queso.

 

De la lechona no vamos a hablar hoy, lo dejaremos para otro día. En casi todas las casas se hacen unas lechonas “rostidas”, que son una delicia para el paladar y como solución hay “hornos-panaderías” que las asan de manera magistral. Hablemos del otro “fijo” de la cocina navideña: el pavo. Los escaldums es el plato más conocido, el que más se hace y además se personaliza en cada hogar. Todos presumen de su manera de hacerlos y creo que esta característica, además de ser bonita, da importancia a este plato tan sencillo y tan gustoso.

 

 

 

 

 

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