Los comensales que visitan Sa Fulla lo hacen atraídos por la cocina del chef Héctor Marceló, muy bien ejecutada y tremendamente evocadora.
Pero también por el ambiente, tan distinguido como acogedor, de este lugar que tiene un corazón que late en su gastronomía y se fusiona con la calidad del servicio y la belleza de los objetos que se exponen.